En fín, tienes 2 opciones:
- Como a veces se trata solamente de algunos céntimos, pasas del tema, te sientes estafado pero no haces nada.
- La segunda opción es que guardes el producto y lo vuelvas a llevar la próxima vez al supermercado para devolverlo y que te lo facturen bien. A veces también acceden a devolverte la parte proporcional. Pero el problema es que no sabes si la próxima vez que vuelvas al supermercado la etiqueta del precio sigue estando ahí.
Moraleja de la historia: revisa tu factura de compra nada más pagar y luego acude al mostrador de atención al cliente, donde probablemente tendrás que sacar un número y esperar a que te toque. Y todo esto por culpa del supermercado. El perjudicado como siempre es el cliente, que no sólo tiene que revisar todas sus facturas sino que además tiene que perder su tiempo para que le devuelvan su dinero mal cobrado. Yo creo que al menos de cada 5 compras grandes que hago, 1 tiene algo mal facturado... La mayoría de las personas ni se dan cuenta, pero imagínense los ingresos extra que tienen los supermercados por este tipo de fallos y las pérdidas de nuestros bolsillos.
¡¡¡Revisen sus facturas!!!
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